Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación.
Cuando laura se encontraba en la escuela primaria, otra niña, claudia frecuentemente se portaba mal con ella. Después que sus vidas tomaron caminos distintos, laura eligió obedecer a Dios y perdonar a claudia Pero como ahora ellas viven en diferentes ciudades, no tuvieron la oportunidad de restaurar su relación.
Reconciliación Humana
Creo que Dios no desea que dejemos las cosas a medias. Jesús dijo, “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24). Debemos seguir Su ejemplo siendo “compasivos y misericordiosos, lentos para la ira y llenos de amor inagotable.” (Salmos 103:8). Debemos obedecerle cuando nos pida reconciliar nuestras relaciones así como Jesús reconcilió nuestra relación con Dios. Después de todo, “Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo… Como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios»” (2 Corintios 5:19-20).
La Reconciliación de Parte de Dios
Resulta que Dios estaba esperando que Emma “regrese”. ¡Aproximadamente 20 años después de la graduación, estas mujeres se encontraron de nuevo en un concierto de música cristiana! En algún punto durante esas dos décadas Emma encontró salvación en Cristo. Cuando se vieron de nuevo Emma aprovechó la oportunidad de reconciliarse inmediatamente con Gina. La promesa de Dios de que “si alguno está en Cristo, es una nueva creación” (2 Corintios 5:17) era evidente en la vida de Emma. En un tiempo determinado Gina y Emma fueron enemigas, ahora eran hermanas en Cristo. Ellas disfrutan y se regocijan juntas al ser salvas en Jesús. De la misma forma, todos nosotros “… éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo” (Romanos 5:10). Podemos tener paz los unos con los otros a través de Cristo, “y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos.
Cuando dos personas se encuentran en conflicto; y piden y reciben el perdón la una de la otra, entonces la reconciliación toma lugar.
Dicha acción les da libertad para poder continuar en los planes y propósitos de Dios.
El mejor ejemplo de reconciliación lo tenemos en Dios al reconciliarnos con Él a través de Cristo. Mejor aún es que como creyentes Dios nos ha dado, tanto a usted como a mi, el ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5:18). ¡Asombroso! “¡Gracias Señor!” En la serie Orar, Interesarse por Otros y Compartir a Jesús, usted puede ver lo importante que es “perdonarse mutuamente”, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (Efesios 4:32b).
Es posible perdonar a quienes nos han ofendido sin necesariamente tener una conversación con ellos. Sin embargo, la reconciliación ocurre únicamente cuando nos perdonamos el uno al otro en persona. Si el ofensor ya ha fallecido, no se puede localizar o es desconocida, debemos simplemente confiarle a Dios la situación.
Busque la guía de Dios cuidadosamente en cuanto a acercarse a alguien que le ha ofendido. Cuando usted le dice a alguien que le ha perdonado no significa que le abre la puerta para que le lastime de nuevo. Buscar la reconciliación NO es necesaria si usted ha perdonado completamente. A través de la reconciliación puede traer bendición y a la vida de la persona que le ha ofendido así como Dios lo hizo co